viernes, 19 de agosto de 2011

No te engañes.


Estando aquí, en la encrucijada de mi vida, sin saber qué decir o qué pedirle a la vida.

No lo sé, quizás es una mala broma del destino, que; sin duda fue de mal gusto,  no soy capaz de terminar des escribir nada, porque…  ¿por qué? No tengo idea, solía escribir todo aquello que yo pensaba, era capaz de sentirme amada, ¿y ahora, qué me pasa? Creo que la soledad se ha revelado conmigo, la escuché decir que se había hartado de ser mi aliado, y que iba a convertirse en mi enemigo. Creo que escogió el peor momento para hacerlo.

¿Qué pasaría si fuera la última noche del mundo? ¿Te acuerdas que te lo pregunté? No recuerdo qué respondiste, sólo sé que me dolió hasta el alma tu respuesta, cuando entre broma y broma, mencionaste que ya no te importa. Pero recuerda, lo mucho que te quiero, lo mucho que te quise, y lo que ahora te quiero.

Creo que por fin tengo que hacerlo, dejarte ir para poder seguir, con ese último “te quiero” que me dijiste, sonaba como si hubieras dejado de hacerlo. Incluso pienso que dejó de haber un significado en la palabra, como si hubieras dejado de sentirlo. Pero si bien es sabido que el “hubiera” no existe, quizás tampoco existió en realidad ese “te quiero”.  Estoy dispuesta a dejarte libre, a no mirar en ese libro llamado “pasado”, para disfrutar ese gran regalo llamado “presente”.

No se me olvidará lo ya vivido, pero creo que es hora de continuar mi camino, te seguiré queriendo en silencio; tú nombre tendré que pronunciar en voz baja, y tus besos tendré que guardar en mi mejor caja. ¿Qué harás tú? Espero que olvidarte sea como cuando nos conocimos, así de espontáneo, y misterioso, tal como lo eres tú, y esa forma tan tuya de ser. Y ¿quieres que te diga la verdad? Sinceramente espero que el universo conspire una vez más y nos junte, si algo en mi vida había planeado, era pasarla contigo.

¿Qué estoy haciendo? Te juro que en serio estoy tratando de ser fuerte, pero parece que un “ya no te quiero” se me metió al ojo, y sale en forma de lágrima. Estoy seca de tanto llorar, parece como si se hubiera caído el techo de mi casa, ese ambiente a humedad sigue siendo visible en mi cuarto, y sólo él sabe lo que en realidad ha pasado. 

Te quiero, no miento, pero creo que es hora de dedicarte un “hasta luego”. 





(Posts lunes y viernes) 

1 comentario: