martes, 5 de junio de 2012

Fue


La pesadilla de anoche no se compara con la realidad que me esperaba al despertar. Fue una noche  agotadora, con muchas caminatas nocturnas llenas de insomnio que llevaban tu nombre grabado; fue de esas noches que por más que te recuestes no logras conciliar el sueño. Se acaban más pronto las ovejas que mi paciencia, por esperarte cuando te dignes a venir. Ni una llamada; ni una.

Un movimiento en falso y me sentía desfallecer, como si hubiese querido que así fueran las cosas. Y no lo fue. A media noche todo parecía cambiar, soñé despierta y amanecí desvelada, sólo pensando en ti. En los eternos amaneceres que pasamos juntos, en las mañanas que despertaste a mi lado, en esa extraña y dulce sensación de sentirme querida, aunque bien sabría que sólo sería por un rato.

Era medio día apenas cuando todo empezó a salir mal, me dijiste que partirías y contesté que; yo por ti esperaría. En una de tantas movidas, mientras esperaba ansiosa tu regreso, salí a buscarte; no quería verte, más sólo haría la finta de encontrarte para ya no engañarme. ¿Qué pasó? Te vi, me viste, cruzamos miradas sin intercambiar palabras. Tú y ella parecían a gusto, parecía no importarte mi presencia, cuando creo que en el día ni siquiera notaste mi ausencia.

Volví la mirada, ya no esperaba nada. Regresé a casa, sólo para que me encontraras. Cuando volviste, sentí cómo una daga atravesaba mi cuerpo, mi corazón y mi alma, ¡no tuviste despecho! No importaba lo que me dijeras, yo vi el acontecimiento, nadie necesitaba mentirme, sólo tú para justificarte. Dijiste que sólo era una vieja amiga, un amor de esos que no se olvidan,  una historia que te gustaría que se repita. Me mentiste con la verdad, pero a ella, terminaste engañándola con el recuerdo. No miento, no lo acepto.

Me fui, ya no quedaba nada de mí, nada que pudieras ver. Me escondí en los lugares más recónditos  que puedes imaginar, me embriagué de olvido, le hice el amor al recuerdo,  me acosté con la duda, me dormí con tu aroma; sin pensar que mi vida no valía ya nada, que con ella estabas ahora acostado. Días después comenzaste a buscarme, a pedirme perdón y sin rencor; que volverías a mi vida. Que todo cambiaría, oh vida mía, qué difícil hiciste mi día.


Y hoy continúa mi agonía, mi desdicha y mi travesía,  en esta noche oscura, tanto como tu cabello lacio y negro; acompañada de la luna que se ve tan clara que pareciera un lunar más en tu espalda, o en tus labios, o en tus brazos. Me hubiese gustado dedicarte mis palabras, mis lágrimas, mi todo y mi nada; dedicarte la más bonita de las melodías, el más largo de mis días y la más larga de mis noches, mis pasiones, mis locuras, mis pensamientos ¡todo aquello que yo tengo! Porque yo sólo quiero decirte eso, que te quiero; pero que no te tengo.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Signos de puntuación.

He llegado a la conclusión de que verdaderamente eres un fanático de la ortografía; estás enfermo. No creí que te llegase a gustar tanto, sabiendo que tú no eres alguien de muchas palabras.


Pero es momento de que te cuente una historia, y para que logres entenderla; he decidido explicarla con tus amados Signos de Puntuación. Aquí vamos…


Nuestra historia de amor comenzó a escribirse como es lo normal; con una Mayúscula que parecía escribir la palabra “Destino”, pues gracias a él llegué a conocerte. Y debo decir que toda debió haberse escrito de esta manera, porque; cuando uno lee ALGO QUE ESTÁ ESCRITO DE ÉSTA MANERA, es porque es verdaderamente importante.


Se continuó con muchos adjetivos como “bonito”, pero los que yo usaría serían “inesperado”, “espontáneo” y por supuesto “misterioso”, tal como lo eres tú y esa forma tan tuya de ser. Hubo espacios que imagino; serían como esos días que no pasamos juntos, creoqueempezaréaescribirsinellosparaversiasinadiesemeteconnosotros, escribiré TUYYO sin espacios, para que nadie pueda meterse.


Hubo muchas “comas”, como en todo buen texto literario, supongo que se debían poner muchas de ellas, para darme cuenta de los buenos y bellos momentos que pasé contigo; aunque creo que sería mejor haber ocupado un “punto y coma”, es una pausa más larga.


No lo niego, puede que también hayamos tenido algunos “puntos y seguidos”. Me refiero a esas ocasiones en las que tuvimos que darle “stop” a nuestras vidas y separarnos un tiempo. Hubo muchos signos de exclamación, y también hubo algunas dudas donde ocupé signos de interrogación. Uno que otro “paréntesis” en el cual tuve que mencionar a alguien, o tú alguna.


También estuvo llena de “guiones”, aún recuerdo cada palabra que me dijiste, ah claro; también hay algunas frases dignas de recordarse, esas las pongo en “comillas”. Sabes que no olvido fácilmente.


Y así puedo seguir mencionando muchos signos de puntuación, después de escribir un “Tú” le pondría un “signo de igual” Para finalmente escribirlo así: “Tú = Yo”. Afortunadamente nunca hubo una diagonal con tu nombre y el de alguien más; eso me hubiera partido el alma, claro que no lo niego; en algún momento estuvo mi nombre más un “&” seguido por el nombre de otro, más no el tuyo.


Pero, ¿sabes? Me hubiera gustado no escribirnos un “punto y final” porque ésta historia, ha de continuar…

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Mi lado de la cama.



-¡Te acostaste en mi lugar!
-Claro que no.
-Sí, ese es mi lado de la cama.


Hay veces en las que me gustaría que estuvieras acá para tener esas tontas peleas que suelen tener las parejas que son felices. Así de sencillo.

Quiero volver a dejarte ganar cuando discutamos por saber quién dejó abierta la llave del agua. Discutir por intentar averiguar por qué hueles a cerveza, y; no porque me moleste, sino para demostrarte que me preocupo por ti.

Aunque no sólo tenemos que pelear, podemos también disfrutar buenos y bellos momentos; aprovechar cada segundo de nuestras vidas... Juntos.

Planeo despertarte con un beso en la frente; y decirte: "Buenos días", mientras una sonrisa inunda mi cara, que te levantes y para cuando termines de arreglarte, ya te tenga el desayuno listo. Prepararte caffé y acomodarte la corbata, darte un beso dulce de despedida.

Esperaré a que llegues, tendré la comida hecha; para que llegues a comer y me preguntes:

-¿Y cómo estuvo tu día?

Y no importa lo que te diga, siempre terminaré mi comentario con...

 -Ahora estoy bien porque estás conmigo.

¿Qué te parece la vida que he planeado para nosotros? ¿Te gusta o suena demasiado perfecta? Lo sé, se que es difícil llevar una vida así en estos días; pero no imposible.

Ya quiero tenerte a mi lado;
que me abraces,
y me digas: "Te amo"....


jueves, 8 de septiembre de 2011

Él.


Él.


Él es todo lo que yo había estado buscando, sólo Él es capaz de hacer que mi corazón se precipite o se calme al mismo tiempo. Él es el único chico que voy amar toda mi vida. Esto ni siquiera Él lo sabe.

Él es bello a toda hora del día, me gusta cómo es. Me gusta su sonrisa, no me gusta cómo ríe. Tiene un lindo cuerpo; me gusta tocar sus pies; sus enormes pies. Me gusta su gran nariz. A veces pretende hacerla roja, pero, yo la adoro de todas formas.

Él tiene un olor muy característico que me encanta; es inconfundible. Me gusta la forma como me mira, aunque Él niegue quererme, sé que lo hace. Incluso hay veces en las que llego a pensar que Él me quiere más que yo a él.

Él gusta del “caffé”, yo a mi también; pero el café de sus bellos ojos. Él es un sujeto raro; Él es un sujeto diferente, Él merece todo lo que yo tengo. Me gusta cómo habla, y sus diferentes maneras de expresarse. Me gusta también la forma en la que me quiere, muy suya, pero muy sincera. No me gusta ésta forma que tengo de extrañarlo, tampoco me gusta que Él no lo sepa.

Él marcó mi vida, Él es inolvidable. Me gusta la forma en la que sus labios tocan los míos, sí; esos delgados labios que se carga. Adoro que crea ser un chico fenomenal, pues en verdad lo es. Me gusta saber que; entre tantas me eligió a mi, a esta fea chica que sólo tiene su enorme corazón para ofrecer.

Él me rodea con sus enormes brazos cada vez que nos encontramos; Él y sus grandes manos tocan las mías, y jamás se separan. Estoy segura de que es Él el indicado. La primera vez que tuve la suerte de encontrármelo, un día en la vida; supe que teníamos que estar juntos toda la vida. Automáticamente me imaginé con Él, estando conmigo siempre.

Él vive en otra ciudad ajena a la mía, pero eso no me importa; pues sé que el destino y el tiempo se encargarán de volver a ponernos juntos. No pierdo las esperanzas. Detesto que; cuando lo veo, me quedo con unas ganas impresionantes de besarlo, de tocar su cabello, de verlo a los ojos y decirle “te quiero”.

No puedo decir que Él es mío, pero yo, soy toda suya.

Yo a Él, lo quiero. 

Él, no es de esos chicos que se enamoran fácilmente.

Él, es de esas personas que no temen mostrarse como son.

Él, es diferente a los demás.

Él, es mi todo.



lunes, 22 de agosto de 2011

Despedida.

Hoy, después de dejarte en aquél bello lugar, donde solíamos besarnos, me puse a pensar en lo que me dijiste.

En que te irás y aunque bien sé que volverás, no puedo evitar extrañarte, justo como ahora lo hago. Sigues aquí dentro, de mi corazón, de mi mente, de mi. Y aunque las cosas van a pasar justo como las describes, no puedo esperar ese día en el que te decidas a volver.

Ese día en que volverás, te miraré a los ojos y sabré que he perdido esa batalla, sabré que me devolviste esa parte de mi que se fue contigo, sabré que ese corazón que tienes es todo mío. Aún ni siquiera te has despedido y ya siento extrañarte, siento como si mi vida fuera a desplomarse, como si el más grande anhelo que pudiera llegar a tener fuera besarte una vez más.

No creo sobrevivir con esos mil besos que nos dimos, así como también me imagino que 24 horas al día no serán suficientes para pensarte, mucho menos para extrañarte. No quiero que te vayas, y sé que es inevitable, pero prometo esperarte, ser paciente. Ya llegará ese día en el que llegarás y te daré un beso del que no te salvarás. Te voy a decir de una vez mi plan; te voy a robar todos esos besos que tus labios quieran, voy a quitarte el aliento y ésta vez no fallaré en el intento. Esos lindos labios que te cargas, se juntarán con los míos, para así no separarse dentro de un par de siglos.

¿Notas cuánto te quiero? Porque ahora que lo pienso, esta no es una despedida, sino más bien una bienvenida a ese algo que me acompaña, llamado "vida".



Te quiero, no lo olvides. 

Te quiero para que estés conmigo, todos los días.



Who will love Aladdin Sane?

viernes, 19 de agosto de 2011

No te engañes.


Estando aquí, en la encrucijada de mi vida, sin saber qué decir o qué pedirle a la vida.

No lo sé, quizás es una mala broma del destino, que; sin duda fue de mal gusto,  no soy capaz de terminar des escribir nada, porque…  ¿por qué? No tengo idea, solía escribir todo aquello que yo pensaba, era capaz de sentirme amada, ¿y ahora, qué me pasa? Creo que la soledad se ha revelado conmigo, la escuché decir que se había hartado de ser mi aliado, y que iba a convertirse en mi enemigo. Creo que escogió el peor momento para hacerlo.

¿Qué pasaría si fuera la última noche del mundo? ¿Te acuerdas que te lo pregunté? No recuerdo qué respondiste, sólo sé que me dolió hasta el alma tu respuesta, cuando entre broma y broma, mencionaste que ya no te importa. Pero recuerda, lo mucho que te quiero, lo mucho que te quise, y lo que ahora te quiero.

Creo que por fin tengo que hacerlo, dejarte ir para poder seguir, con ese último “te quiero” que me dijiste, sonaba como si hubieras dejado de hacerlo. Incluso pienso que dejó de haber un significado en la palabra, como si hubieras dejado de sentirlo. Pero si bien es sabido que el “hubiera” no existe, quizás tampoco existió en realidad ese “te quiero”.  Estoy dispuesta a dejarte libre, a no mirar en ese libro llamado “pasado”, para disfrutar ese gran regalo llamado “presente”.

No se me olvidará lo ya vivido, pero creo que es hora de continuar mi camino, te seguiré queriendo en silencio; tú nombre tendré que pronunciar en voz baja, y tus besos tendré que guardar en mi mejor caja. ¿Qué harás tú? Espero que olvidarte sea como cuando nos conocimos, así de espontáneo, y misterioso, tal como lo eres tú, y esa forma tan tuya de ser. Y ¿quieres que te diga la verdad? Sinceramente espero que el universo conspire una vez más y nos junte, si algo en mi vida había planeado, era pasarla contigo.

¿Qué estoy haciendo? Te juro que en serio estoy tratando de ser fuerte, pero parece que un “ya no te quiero” se me metió al ojo, y sale en forma de lágrima. Estoy seca de tanto llorar, parece como si se hubiera caído el techo de mi casa, ese ambiente a humedad sigue siendo visible en mi cuarto, y sólo él sabe lo que en realidad ha pasado. 

Te quiero, no miento, pero creo que es hora de dedicarte un “hasta luego”. 





(Posts lunes y viernes)